Conexión Berlin

Las masas esperan por un espectáculo… El calor abrazador del mediodía… cuerpos equinos sudorosos jalan nerviosos sus arneses. Y ahí está: ¡la señal de arranque!

Picando en punta con tu carruaje, despacio en el comienzo, pero pronto ganando velocidad alrededor de la espina en el centro de la arena para completar la primera vuelta. La siguiente esquina está cerca. Echando la vista por tu hombro, uno de los carruajes ya está lo suficientemente atrás y, por delante, otro carruaje va demasiado rápido para tomar esa curva y va directo hacia la pared para estrellarse fuera de la carrera. Separándote de la victoria queda solo un carruaje, así que es momento de abrazar la barbarie. Con cautela te incorporas con javalina en mano, esperando a que se asome el siguiente auriga… ¿O deberías adelantártele y tirar clavos en su camino?

En Chariot Race, cada participante vestirá las ropas de auriga en una gran carrera en la antigua Roma. Usa los dados para completar dos vueltas en el circuito de la arena empolvada y sé quien lleve primero un carruaje a la línea de meta. En tu turno, si has ganado suficientes Favores de Fortuna, podrás reparar su carruaje. Dependiendo de la velocidad con la que terminaste el turno anterior y la condición de tu carruaje es que se determina la velocidad del comienzo del turno, que condiciona cuántos de los cinco dados es que se arrojarán.

Cada una de caras del dado de seis permite realizar diferentes acciones: ganar nuevos favores, incrementar o disminuir la velocidad, cambiar de carril o atacar a tus oponentes (directamente al lanzarle tu javalina o indirectamente dejando caer clavos en su camino). Si tu primera tirada no te satisface, puedes llamar a Fortuna para influir tu tirada, siempre que tengas su favor. Una vez decidido el resultado, moverás tu carruaje hacia adelante de acuerdo a la velocidad final alcanzada y podrás luego tomar tus acciones en contra de tus oponentes.

No obstante, una carrera a destajo y salvaje no puede existir sin riesgos. Si dos carruajes colisionan, ambos toman daño y no se recomienda que te acorralen con tus caballos yendo a bocajarro. Cuanto más excedas la velocidad segura, más daño recibe el carruaje, que podría destartalarse en la mitad de la arena si el auriga es lo suficientemente descuidado, lo que resultaría en una inmediata descalificación de la carrera.