Conexión Berlin

En Sheriff of Nottingham somos honrados comerciantes que cargan sus carros con manzanas, pollos, pan y queso para ganarse la vida en el mercado local. Lo que pasa es que, por azares del destino, de vez en cuando, en esos carros se cuelan otras mercancías como vino, especias o perfumes que les harían la vida más llevadera a los aldeanos.

Pero claro, eso no está permitido. Por eso tendrán que entendérselas con el oficial al cargo del asunto para intentar pasar esas mercaderías prohibidos. Y quién sabe, quizá un par de monedas puedan hacer que el proceso sea un poquito más rápido: "¿no cree usted, señor agente?, ¿Cinco tal vez?"

Sheriff of Nottingham combina dos elementos que funcionan muy bien en un juego social: por un lado el engaño, que funciona incluso en dos direcciones: no sólo quieres parecer honesto cuando estás mintiendo, sino que también te interesa decir la verdad de manera ladina a ver si suena la flauta, inspeccionan tu mercancía sin mácula y te tienen que pagar una buena compensación.

Por otro lado, el tipo de negociación que se ve en una partida de este juego es muy distinto al que podemos ver en otros como Cosmic Encounter o Catán, en cuanto a que no estás haciendo intercambios, ni colaborando por un objetivo común, sino pura y llanamente sobornando o chantajeando, jugando con el beneficio económico que le puedes sacar a una posición de poder.